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La historia de los amantes se inicia en el año 1217, cuando Juan Martínez de Marcilla se enamoró de la hija de Pedro de Segura, un rico comerciante turolense. Éste se opuso al matrimonio porque el pretendiente era pobre.
Juan pidió entonces a la joven un plazo de cinco años para amasar una fortuna y ella se lo concedió. Pasado el plazo y ante la insistencia de su padre, Isabel, accedió a casarse con otro hombre. Juan regresó, supo lo ocurrido y pidió un beso a la que había sido su prometida. Ella se lo negó y él cayó muerto. Arrepentida, Isabel fue a besar el cadáver cuando iba a ser enterrado y falleció sobre el féretro.
La leyenda de los amantes de Teruel Popularizada por el drama romántico de Juan Eugenio Hartzenbush, está probada historicamente por la existencia en Teruel del s. XIII de dos familias con los apellidos de Marcilla y Segura. A ello se añadio el descubrimiento, en 1555, y durante unas obras de remodelación de la iglesia de San Pedro de dos Cadáveres momificados que se identificaron como los de Diego Marcilla e Isabel de Segura, conservados, en una pequeña capilla adosada a la misma iglesia en sendos sarcófagos, obra de Juan de Ávalos.
Fue adaptada al teatro por Rey de Artieda (1584), vertida
en poema por Jerónimo de Huerta (1588) y en epopeya trágica
por Juan Yagüe de Salas (1616), e inspiró la obra homónima
de Juan Pérez de Montalbán (1638). La versión más célebre
es el drama histórico de Juan Eugenio Hartzenbusch, escrita
en 1836 y estrenada en 1837.
Ultimamente
relegada y descriminada por el poder político, Teruel y su
gente se han echado a las calles más de una vez para gritar:
"Teruel existe!" . La verdad no les falta razón, es
una lástima que las instituciones no inviertan en sus comunicaciones
porque Teruel es una ciudad preciosa llena de misterios y
sitios por descubrir. Esta población de apenas 30.000 habitantes
y a 915 metros de altitud, fue declarada en 1986 Patrimonio
de la Humanidad por sus bellezas arquitectonicas.
Y es que es en la capital Turolense donde el mudéjar
alcanza su mayor explendor. Con el Arte mudéjar se designa
la continuidad del arte hispanomulsulman en las tierras reconquistadas
por los reinos cristiano, en Teruel este estilo alcanza una
fuerte personalidad con unas características propias inconfundibles.
El centro de Teruel es la plaza del Torico, esta presidida por una columna con un toro en la parte superior. El Toro esta fuertemente ligado a la ciudad, ya que el nombre de Teruel deriva de la palabra toro, segun cuenta la leyenda de la fundacion de la vila, en 1171 el rey Alfonso II de Aragón decidio alzar la ciudad en el lugar exacto donde avisto un astado con los cuernos ardiendo.
Si se quiere visitar bien una ciudad siempre hay lugares que no se deben olvidar, estos son:
La Catedral : Anteriormente la iglesia de Santa María de Mediavila, cabe destacar su torre una de las manifestaciones más antiguas del mudéjar aragonés (1257).
Iglesia de San Pedro : (siglo XII) con su torre gotico-mudéjar del siglo XIII. Retablos de San Cosme y San Damián
Torre de San Martín: Junto al portal de la Andaquilla. Destaca la decoración de ventanas con columnas, azulejos y arquerías.
Torre de San Salvador: Contemporánia y similar a la anterior. Alberga el Cristo de las Tres Manos.
Sarcófago de los amantes: obra de Juan de Ávalos (en la capilla adosada a la iglesia de San Pedro)
Plaza del Torico: Esta flanqueada por diferentes edificios modernistas(Caja Rural Provincial y La Madrileña, y la Casa Ferran en la calle Nueva)
Otros sitos a visitar: Museo Provincial, El acueducto de los Arcos, Plaza de san Juan, La Escalinata, barrio de la Juderia, Las escuelas del Arrabal, El torrejón de Ambeles, la fonda del Tozal, el convento de los carmelitas descalzos, el convento de Santa Clara, La Iglesia de San Francisco, la Ermita del Carmen o la Torre de la Merced.
Teruel se encuentra a 150 kilometros de Valencia y a 180 por la nacional 330.
Oficina de turismo de la Comunidad de Aragón, en Teruel
Tomas Nogués, 1
Tel 978-60.22.79
www.teruel.org